En este caso. me voy a centrar en posibles estrategias de desarrollo de este mercado.
Aunque antes quiero hacer primero un recordatorio del concepto del 'abismo' ('chasm') de Geoffrey Moore y revisar los elementos que pueden tener en su contra este tipo tan especial de producto que son los robots humanoides.
Recordando el abismo de Geoffrey Moore
La idea del abismo ('the chasm') fue planteada por Geoffrey Moore y recogida en su libro 'Crossing the chasm', pensando en nuevos productos de alta tecnología y mercados emergentes...una problemática que encaja perfectamente con el mercado para robots humanoides.
Moore se basa en un modelo de penetración en el mercado que sigue el famoso 'Technology adoption lifecycle' de Everett Rogers y que se representa en la figura:
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Technology adoption lifecycle y el abismo |
En ese ciclo de vida se pueden ver las famosas etapas de adopción por diferentes capas de la población / empresas (los innovadores, los 'early adopters', la 'early majority', la 'late majoritiy' y los 'laggards').
Pues bien, para Rogers el gran momento de peligro, el 'abismo' es el salto desde los 'early adopters' a la 'early majority'.
¿Por qué?
Por un lado, tanto los innovadores como los 'early adopters' son segmentos del mercado que gustan de la tecnología, de la novedad, de probar cosas y, por tanto, son personas o instituciones 'fáciles', que desean los productos de alta tecnología y que, incluso, a lo mejor están dispuestos a perdonarles pequeñas carencias iniciales. Además, los estudios indican que suelen tener un poder adquisitivo alto. Son un mercado propicio y, además, son un mercado reducido.
El problema, el abismo, es pasar a la 'early majority' saltando desde los 'early adopters', Por un lado, el beneficio del producto, la proposición del valor, debe de ser más clara y creíble pero, además, ya se trata de un mercado masivo. Y eso significa que llegar a él se precisa de altas inversiones en materia de producción, de distribución y de marketing. Así que, si el producto no tiene aceptación, puede ser la ruina.
Para saltar ese abismo, la propuesta de Rogers se resumen en:
- Escoger un nicho de mercado muy concreto
- Concentrar las fuerzas en liderar ese nicho
- A partir de ahí extender a mercados adyacentes
Es decir, en el fondo, ir progresivamente.
¿Es esa solución para el mercado de los robots humanoides?
Los talones de Aquiles de los robots humanoides
¿Qué puntos débiles tienen los robots humanoides? En una rápida reflexión (no muy profunda como en el fondo no lo es en ninguno de los artículos de esta serie), creo que hay tres:
- Coste: Aunque hace poco leía de manera diagonal una noticia sobre un robot chino muy barato, lo cierto es que me parece que, de forma natural, los robots humanoides, al menos en su versión más avanzada, son productos caros. Eso hace que no todos los clientes se los puedan permitir, especialmente en el ámbito doméstico o de consumo, y que los que se lo puedan permitir sean más exigentes en cuanto a sus beneficios diferenciales.
- Prestaciones: Aunque los avances son muy importantes, a veces incluso espectaculares, creo que aún a los robots humanoides (vuelvo a insistir, los robots humanoides avanzados) tienen unas prestaciones relativamente limitadas, al menos respecto a lo que el 'imaginario' colectivo asume de un robot humanoide, y de lo que las exigencias de su uso en entornos no muy controlados, imponen.
- Falta de estándares y diseño dominante: Esto es algo bastante natural en un mercado tecnológico emergente. No hay estándares, ni 'de iure' ni 'de facto'. Lo que hay mucho componente de investigación y desarrollo, de prototipado y de intentos de posicionamiento tanto tecnológico como de marca por parte de las empresas que trabajan este mercado. Aunque es perfectamente natural y comprensible, esa falta de estándares, esa falta de diseño dominante, dificulta la escalabilidad, dificulta la bajada de costes y puede imprimir incertidumbre en posibles clientes que no saben qué opción es mejor, o si se sostendrá o en el tiempo, o si están arriesgando mucho 'casándose' con un fabricante, o si tendrán soporte, o piezas de repuesto, etc. Aunque es una situación normal en un mercado tecnológico emergente, no deja de ser una dificultad,
Cualquier avance en lo relativo a materiales, procesos productivos, algoritmia, etc que lograse bajar costes y/o aumentar prestaciones iría a favor de este mercado, como es lógico. Ese es un ámbito más de la investigación y desarrollo y sólo cabe poner las esperanzas en la capacidad de investigadores y fabricantes que trabajan en esta tecnología.
El tema de los estándares, por su parte, es más dependiente de la madurez del mercado y de las dinámicas competitivas.
***
Ya con este marco, exploro algunas posibilidades de evolución de este mercado, de formas de acometerlo o de factores que podrían influir en su desarrollo.
La estrategia de Tesla con el coche eléctrico trasladado a los humanoides
Aunque hablo de Tesla, no estoy pensando en la Tesla de hoy en día, ni en su robot Optimus, sino en el planteamiento que Elon Musk hizo hace ya varios años, cuando Tesla nació, sobre su apuesta estratégica en tres fases. En esa estrategia, la idea era:
- Fase 1: apostar por un vehículo deportivo, caro, de alta gama y tirada limitada (el Tesla Roadster) con un objetivo fundamental de experimentar y aprender.
- Fase 2: ir ya a por un coche más común aunque todavía de gama más bien alta, que puediera ser vendido en mayores cantidades y que preparase a la compañía para el escalado. Este era el papel reservado para el Tesla Model S.
- Fase 3: con la empresa ya preparada para mercado masivo, ir ya a por ese mercado masivo con un coche de gama media: el Tesla Model 3.
¿No podría tener sentido esa estrategia para los robots humanoides? Partiríamos de un robot humanoide caro pero de altas prestaciones (hasta donde la tecnología lo permita) e iríamos a mercado limitados: personas o empresas con dinero e innovadoras. Es para esta fase para la que consideraba muy importante a ese segmento de clientes que en el post anterior donde los denominaba 'los early adopters adinerados' y donde veía, por ejemplo, a las estrellas de Hollywood. Como en el caso del Tesla Roadster, la idea sería afinar el producto (y, añadiría, crear marca e imagen).
Centrado más el tiro, técnico, de mercado y de producción, se podría ir a por un robot humanoide quizá más centrado en casos de uso, quizá más modesto en prestaciones (aunque con tecnología más afinada). Probablemente, los clientes fuesen empresas del ámbito de los eventos, la tecnología, etc
Finalmente, con la tecnología, los sistemas productivos, los canales y los casos de uso afinados, lanzamiento masivo, para más casos de uso incluyendo, quizá, el mercado doméstico y de consumo.
En innovación, e innovación tecnológica, nunca se sabe, pero yo creo que esta estrategia tiene sentido.
Puede que, incluso, la propia Tesla y el propio Elon Musk, estén pensando en una estrategia así para su Óptimus o, en general, su negocio de robot humanoides.
Robots como servicio y servicios basados en robots
Creo que en este mercado, el concepto de 'Robot como servicio' y del tipo de empresas que denominaba el el post anterior 'plataformas de robots', podrían aportar mucho valor porque eliminan en los clientes/usuarios finales muchas de las reservas en cuanto al uso de robots humanoides (inversión, apuesta por un producto un poco incógnita, posible anclaje a un fabricante, mantenimiento, etc).
Si sigo el modelo de tres fases de Tesla, creo que, aunque les veo a estas plataformas de robots papel en todo el ciclo, me parece especialmente importante cuando hablásemos de la Fase 2, del punto intermedio, donde ya queremos llegar aun mercado más amplio y empezar a prepararnos para escalar.
La incógnita de los robots de cuidados
Para mí este es un segmento de clientes incógnita: según su comportamiento podrían ser un acicate casi definitivo para este mercado o bien pasar a un segundo plano o, incluso, tener un papel casi nulo.
Si se demostrase que los robots humanoides son útiles como robots de cuidado e incluso de compañía, y si se venciesen resistencias psicológicas y si, finalmente, las administraciones o empresas sociosanitarias apostasen por ello, podría suponer un cambio de la noche al día: un mercado masivo, buen pagador y que, además, acercaría a los robots humanoides a todo el mundo.
Si por el contrario, se demuestra que los robots humanoides no son adecuados para las labores de cuidados o no son aceptados. seguiríamos hablando como mera curiosidad de estos casos de uso, pero no supondrían nada como mercado.
¿Nos pueden sorprender los robots sexuales?
Otra gran incógnita, para mí, son los robots sexuales. Aunque no manejo datos, no tengo muchas dudas de que sea un mercado de cierta relevancia.
Pero, cuestiones éticas aparte (unas cuestiones que, por cierto, también podría suponer su prohibición o limitación), me cuesta verlo como motor del mercado de robots humanoides y, más bien, lo contemplo como un nicho, quizá un nicho jugoso, pero un nicho.
No creo que sirvan para el desarrollo tecnológico de los robots humanoides (salvo, quizá, en materiales) y creo que el precio puede limitar este mercado.
La incierta apuesta por las fábricas
Aunque Elon Musk dice que quiere a Optimus para las fábricas de Tesla, lo cierto es que me cuesta verlo.
No digo que no existan 'huecos' posibles para los robots humanoides en las fábricas, huecos donde su esperada versatilidad y flexibilidad, y su posibilidad de colaborar con humanos, sean útiles y diferencialmente mejores que sus alternativas industriales.
Pero en un entorno controlado, como suelen ser los industriales, intuyo que normalmente serán más eficientes robots especializados de ese entorno industrial.
Sólo podrían, creo, dar una sorpresa los robots humanoides si su producción a gran escala, les hiciese tan económicos que, unida a su versatilidad, pudiesen, quizá más por eficiencia que por eficacia, suplir a los robots industriales.
La también incierta apuesta por el 'downsizing'
Otra posibilidad es que, aunque en los videos promocionales y las noticias llamativas que vemos últimamente, se nos sugieran (o demuestren) robots muy avanzados y complejos, la apuesta real, mirando al mercado y al menos a corto y medio plazo, sea por robots más simples y, por tanto, más baratos.
Sin renunciar a las mejoras tecnológicas de todo tipo y a la sofisticación creciente, podría pensarse en robots humanoides más simples, más cercanos a los robots sociales actuales, y si esa simplicidad se uniese a una producción a gran escala, los costes y los precios pudiesen bajar mucho.
Y eso permitiría ir a mercados más masivos, incluyendo el doméstico o empresas pequeñas y medianas.
Pero para eso, creo, se necesitan casos de uso realistas y ser capaces de reducir costes y precios. En esta labor de reducir costes y precios sería importante alcanzar la escala (sujetos, eso sí, al famoso riesgo del 'abismo'). De nuevo, la estrategia escalonada de Tesla con el coche eléctrico, creo que tiene sentido para llegar aquí.
La apuesta de los estados
Algo que podría cambiar las reglas del juego sería el papel de los estados. Y en este caso, no puedo de dejar de pensar en China.
Me refiero a que un estado (y sólo me imagino ahora mismo a China haciéndolo) creyese tanto en esta tecnología, ya sea por sí misma o por su importancia estratégica, que estuviese dispuesto a invertir y subvencionar masivamente en ella financiando, a su costa, el viaje desde la experimentación hasta la gran escala.
Aprovecho para mencionar en este apartado de los estados el uso militar. La tecnología militar es muy avanzada y de forma parecida a los usos en salud, hasta cierto punto acomete un mercado insensible al coste. Sin embargo, no acabo de ver a los robots humanoides en el ámbito militar. Pese a que en películas y, de nuevo, en el imaginario colectivo, sí aparezcan los robots soldado, no me convence en cuanto a su adecuación meramente práctica. Sí veo una gran sinergia tecnológica: los sistemas de percepción, razonamiento, guiado, etc de los robots humanoides podrían tener aplicación militar y viceversa. De hecho, algunas de las armas más avanzadas en forma de misiles, drones, tanques, etc son en algunos casos formas especiales de robots. Lo que no veo, al menos no de forma generalizada, cuál sería el papel de un robot humanoide salvo, quizá, como imagen o intimidación.
El seguidismo estratégico
Mas pensando en empresas que en el mercado en su conjunto, se puede seguir la estrategia del 'fast follower', es decir, empresas que sin aspirar a liderar el mercado y la tecnología, sí siguen de cerca los últimos avances.
Hacerlo así les elimina muchos costes de inversión en investigación o en desarrollo de mercado (promoción, canales, cadenas de suministro, etc) pero les permite llegar pronto a un mercado eventualmente jugoso y creciente.
Como digo, los 'fast followers' por sí solos no van a crear un mercado pero, si son capaces de seguir, sin asfixiar, a los líderes ('first entrant'), pueden ayudar mucho a que el mercado crezca y madure en ofertas y en clientes.
Conclusiones
Bueno y esto son, simplemente, algunas ideas y algunas especulaciones. Es posible, muy posible, que haya otros modelos u tras estrategias que no se me hayan ocurrido en este momento.
Pero como reflexión y especulación, me resultan interesantes, me ayudan a estructurar una opinión y una línea de análisis y seguir, quizá con mayor criterio, lo que pueda suceder en las próximas semanas, en materia de desarrollo tecnológico, de marketing y de estrategias, en este sector tan alucinante como son los robots humanoides.
Veremos...